En su ponencia, Paredes
reconoció que efectivamente la mayoría de hechos violentos son protagonizados
por jóvenes, pero también destacó que la mayoría de las víctimas son
jóvenes. Sin embargo, por lo general
sólo se señala el fenómeno sin analizar las causas.
Resaltó que una de
las causas fundamentales es la situación de pobreza y falta de oportunidades
para la juventud. Calificó al estado
guatemalteco de patriarcal, machista, racista, clasista, represor y excluyente,
lo que lo hace por naturaleza un estado violento.
Denunció que aunque
hay una Política Nacional de Juventud, esta carece de un plan de acción para
hacerla efectiva. También señaló
que: “la inversión pública en favor de la juventud
es prácticamente nula”. Más aún, en el
presupuesto recientemente aprobado, se redujo presupuesto a las instituciones
del estado que impulsan el arte y la cultura, que de promoverse favorecería
para que la juventud pueda encauzar energías y creatividad.
CALDH ha sido
promotor de la Ley Nacional de la Juventud, la cual aún no ha sido aprobada por
el Congreso de la República.
Por su parte, Ana
Leticia Pirir, responsable del Área de Juventud de Pop No’j, hizo ver las
múltiples violencias que sufren las mujeres indígenas jóvenes: como mujeres, como indígenas, como jóvenes y
la mayoría de las veces, también por ser pobres.
Comentó que por la
falta de oportunidades, las mujeres muchas veces se ven obligadas a migrar
internamente en el país o hacia otros países.
Llegan a trabajar a casas particulares y maquilas, donde son
prácticamente esclavizadas y objeto de múltiples agresiones.
Hizo ver que la
violencia actual es el resultado de una historia de violencia, iniciada desde
la Colonización y particularmente de los 36 años de conflicto armado interno,
lo cual nos afecta a toda la sociedad, pero de peor manera a las mujeres.
Luis Martínez, del
Programa “Gente para el Cambio” de Action Aid, reafirmó que se ha estigmatizado
a la juventud, a lo que ha contribuido de manera significativa los medios de
comunicación masivos, que presentan a los jóvenes como “mareros”,
“delincuentes”, “violentos”, “haraganes” y no hacen ver lo positivo de la
juventud.
Hizo un llamado a
las y los comunicadores sociales a que desempeñen su labor con ética y
contribuyan a promover valores positivos en la juventud.
Los ponentes
también hablaron de lo que sus organizaciones están haciendo a favor del
protagonismo de las y los jóvenes. En el
caso de CALDH, además de sus acciones políticas y de incidencia, trabajan con
jóvenes promoviendo el arte. Han
establecido una alianza estratégica con el movimiento hip hop de Guatemala. Pop No’j también trabaja con jóvenes Mayas
rurales acompañando procesos de
organización y participación.
Luis Martínez llamó
a desarrollar la “juvenilidad” como un elemento de identidad positivo, que
promueve el ser crítico y creador.
Nancy Avendaño,
directora del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad
Rafael Landívar, clausuró el foro, expresando su complacencia por la
realización de este tipo de eventos.