Asociación Pop No’j
Los mayas nunca han perdido “su tiempo”, pero es
ahora cuando se sujetan de él más fuertemente. … son, ante todo, gente con una
herencia ancestral legítima, pero también son conscientes y perfectamente
capaces de decidir el rumbo que deben tener sus tradiciones.
Canek
Estrada Peña
El próximo Wajxaqib’ B’atz en el Calendario Maya, corresponde al martes 21 de marzo
de 2017, según el calendario gregoriano.
El día Wajxaqib’
B’atz – 8 Monos u 8 Hilos – marca el inicio del cholq’ij, es decir, el calendario sagrado, lunar o ritual, que
orienta la vida cotidiana y las prácticas de la espiritualidad, en el conteo
Maya del tiempo.
Es una festividad por el inicio de un
nuevo ciclo. En esa fecha se pide por la
vida y la existencia.
Esta vez coincide también con otras
conmemoraciones y actos muy significativos:
- La celebración del Día
Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se realiza el
21 de marzo de cada año. Este día fue establecido en 1966 para conmemorar la
’Masacre de Sharpeville’ (1960) en Sudáfrica, donde 69 personas que
participaban en una manifestación pacífica fueron asesinadas. La tragedia llamó
la atención internacional y marcó un paso importante para la lucha contra la
discriminación racial.
- El Plantón Mundial por las
Niñas de Guatemala que se realizará este
21 de marzo, en repudio por la muerte de niñas ocurrida en el llamado Hogar
Seguro, el pasado 8 de marzo.
Estos contenidos también estarán presentes
en las diferentes celebraciones del Wayxaqib’
B’atz.
La Asociación Pop No’j se une a
la celebración, por los diferentes motivos que se conjugan.
A continuación compartimos información
sobre el significado de este día y las prácticas ancestrales que se
desarrollan, particularmente en el pueblo Maya K’iche de de Momostenango,
Totonicapán.
(Guatemala, Marzo de 2017)
EL WAJXAQIB’
B’ATZ
Explicaciones
de lo que representa el Wajxaqib’ B’atz:
Las ideas acerca del tiempo y la creación
entre los Mayas contemporáneos, que siguen usando la antigua cuenta de los
doscientos sesenta días, están conceptualizadas con fuertes analogías con los
procesos que marcan el inicio de la vida de un nuevo ser humano y con aquellos
que tiene que vivir la madre.
El Cholq’ij se constituye por la rotación de los 20 nawales[4] por sus 13 niveles de
energía, lo que totaliza 260 días.
Los constituyentes del cholq’ij son análogos a
la numerología propia del cuerpo humano.
Los 260 días del calendario sagrado
corresponden a los nueve meses de la gestación humana; coincide aproximadamente
con 9 lunaciones (cada lunación tiene 29.53059 días, que multiplicado por
9 da 265.77531 días, es decir, 260 más otros 5 días aproximadamente),
que es el período de gestación de una o un nuevo niño. Los
veinte nawales tienen que ver con los veinte dedos del cuerpo y los
trece niveles de energía se corresponden a las trece articulaciones mayores del
cuerpo.
El B’atz es el nawal que
simboliza el hilo del tiempo, que se enrolla y se desenreda. Es
también el cordón umbilical que nos une a la madre durante el período de
gestación y por lo tanto, da también el sentido de pueblo y familia, de
linaje, unidad, las venas y arterias del cuerpo humano, principio y
fin. El B’atz representa la continuidad del
tiempo. B'atz' es además el hilo con que está tejida nuestra
ropa.
El B’atz es el saraguate (mono aullador), al que se asocia la
creatividad, la danza y las distintas artes.
El Wajxaqib’ B’atz’ representa para K’iches y otras
expresiones del pueblo Maya el inicio del nuevo año lunar, según el calendario
sagrado o Cholq’ij.
El 8 B’atz’ es considerado como el primer retorno, la primera
vuelta de los veinte días desde el momento en que las energías del Universo se
conjugaron para dar lugar a lo que existe.
Así pues, las ceremonias que se hacen en
este día tienen que ver con recrear y revitalizar el momento en que se
completó la creación del Mundo, con el entrelazamiento del tiempo y del espacio
para dar lugar al movimiento. Se pide por la vida y la existencia.
Celebración del
Wajxaqib’ B’atz en Momostenango
El 8
B’atz indica el inicio del calendario y el cómputo de los días para la
educación de un nuevo ajq’ij[5]. En este día,
los ajq’ijab’ renuevan su pataan, es decir,
su “compromiso de servicio a la comunidad y de alimentar a
su nawal” como ajq’ij, mediante el acto de ofrendar,
quemando diversos materiales olorosos de la región en los lugares ceremoniales
establecidos por las y los antepasados.
Asimismo, en el Wajxaqib’ B’atz’ se hace público el compromiso de los
nuevos Ajq’ijab’ de servir
a la comunidad mediante un proceso paulatino, tomando en cuenta su entrega y
rectitud. Culmina la formación del nuevo Ajq’ij y se le entrega su trabajo, por parte de su maestra o
maestro, Chuch Qajaw (Madre
y Padre). Es decir, el día Wajxaqib’
B’atz se cierran las 60 ceremonias previas en los diferentes cerros
sagrados de la comunidad, de presentación y compromiso del nuevo Ajq’ij ante los cerros y valles
(mundo, dualidad masculina y femenina), ante los antepasados abuelas – abuelos
y ante las energías creadoras y formadoras.
El tz’ite’ (frijoles rojos del palo de pito) de la vara que el
nuevo Ajq’ij recibe en ese
día es el símbolo de su compromiso, que irá cultivando en el transcurso del
tiempo hasta llegar a ser Chuch
Qajaw, mediante méritos alcanzados en la sociedad, según las normas
establecidas. Su tz’ite’ representa
el cargo que se le entrega por su nawal, por las señas que tuvo, por el
pago que tiene que hacer, por su energía; así inicia su servicio hacia la
comunidad.
En las ceremonias de conmemoración del Wajxaquib
B’atz se purifica el espíritu… Asimismo es una ceremonia de acción de gracias
por los beneficios recibidos durante el año. (Goubaud 1965: 13-14)
Dice Canek Estrada: Dos días antes de
que llegue la fecha del 8 B’atz’ esperada; es decir, durante
el 6 Toj, todos los contadores de los días hacen una ceremonia para
pagar las ofrendas que no se pudieron hacer por causas de fuerza mayor o que se
olvidaron. De la misma manera, y aunque es raro en cuanto que la preparación es
un asunto delicado, también los aspirantes a ser ajq’ij pagan con
ofrenda si es que no cumplieron alguna de las ceremonias de preparación a causa
de un olvido, mal clima, falta de dinero para el material, o cualquier
imprevisto que obstaculizara las ofrendas. Este día se usa para “balancear el
pago”, (pajab’al), entendiendo por eso como ponerse al corriente con las
ceremonias que se deben; la falta cometida al endeudarse con las ceremonias
no realizadas, es reversible siempre que en la ofrenda de este día se queme
el pom destinado a los días omitidos y un poco más a manera de
multa. Pero es importante llegar al corriente
al 8 B’atz’, ya que si no estas deudas se convertirán en
sufrimiento.
En la víspera de la gran celebración - el 7 Tz’i
- los ajq’ijab deberán realizar una ceremonia para agradecer la
vida propia, la de su familia, su comunidad y en sí de todo lo que existe en el
mundo, en vista de se ha podido llegar a dar una vuelta más a la madeja del
tiempo, así como todos los favores recibidos durante los doscientos
sesenta días transcurridos. Esta es una ceremonia sólo de agradecimiento, por
lo que no se pide nada. El 7 Tz’i servirá de “secretario”
al 8 B’atz’, anuncia que ya se ha llegado la vuelta, que ya llega el
momento en que se conmemora y revitaliza el momento la creación, su fuerza es
en esos momentos se ha calentado (xmiq’ik), se termina un ciclo del tiempo, a
vuelta, para dar pie a otro nueva. En el rito de este día algunos ajq’ijab colocan
alrededor del fuego la ropa (atz’iaq) que ya no sirve, a fin de que se
queme a un lado del pom. Esta acción se hace para agradecer por la
ropa que cubrió sus cuerpos, y para evitar que esta llegue a un tiradero de
basura, pues si es cubierta por cascajo, tierra o más basura, la persona se
sentirá oprimida. A veces también se vela todo el material que se quemará al
día siguiente.
8 B’atz’ representa entonces la
culminación del proceso creador entendido en términos calendáricos, la primer
vuelta del tiempo, el primer paso del orden establecido, es el símbolo de la
continuidad de todo lo que existe, así como de su constante e ininterrumpida
vuelta dentro de una ciclicidad cifrada dentro del Cholq’ij. La
vuelta del tiempo es también la vuelta de las fuerzas que animan a todo lo
creado, por lo que es pertinente asegurar una vida armónica con dichas fuerzas
por medio de las ofrendas antes mencionadas, este es el momento adecuado
para pedir aquellas cosas que aseguren el futuro próspero de manera
personal, familiar y comunitariamente, es interesante resaltar que incluso
muchas de las oraciones van dirigidas a conseguir estos bienes para toda
Guatemala, para todos los grupos originarios del continente y para todas las
naciones del mundo.
El ciclo ritual continúa más allá de la fecha
mencionada. El día que prosigue al 8 B’atz’, es decir,
el 9 E, es importante hacer ceremonias para pedir un buen camino
y un buen destino en adelante su importancia radica en que marca el comienzo de
un reposo en la acción creadora (9 E indicaría que se gesta un nuevo
camino) hasta que llegue el día 9 B’atz’.
Escrito
sobre un texto anterior elaborado por la Asociación Pop No’j, con
información tomada de los textos: “Concepción Maya del Tiempo y sus
Ciclos” y “Wajxaqib’ B’aatz’, producidos por el Consejo Maya Jun Ajpu’
Ixb’alamke.
Otras
fuentes consultadas: http://espiritualidadmaya.blogspot.com/2014/07/el-ciclo-ritual-del-dia-8-batz-y-la.html; http://www.losnahuales.org/batz
[4] Nawal –
energía que rige un día, le da su naturaleza, sus
características. También se conoce como “su rostro del día”
[5] Ajq’ij –
palabra compuesta. Aj significa la persona que se dedica a un
oficio o trabajo. Q’ij significa el sol, el
tiempo, el día. Un Ajq’ij es una persona
conocedora del tiempo y sus energías; llamado también Contador del
Tiempo. De manera equivocada, se ha traducido como “guía espiritual”
o peor aún como “sacerdote Maya”, dado que el ajq’ij tiene una
función mediadora entre las energías del Universo y las personas
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