"Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad. El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía de las mujeres."
(Ofelia González)
Somos personas muy dignas, tenemos la extraordinaria cualidad de estar unidas a nuestra madre tierra, pero como ella, muchas de nosotras están sufriendo violencia, despojo de su riqueza y explotación de su cuerpo.
Juntas y juntos somos la voz de las Mujeres Mayas frente a la Violencia Sexual, demandamos respeto a nuestras vidas y al trabajo que realizamos. Hoy han acudido a esta conferencia mujeres que provienen de San Miguel Ixtahuacán, Cantel y Santa María Chiquimula, lugares donde el alcoholismo y el femicidio están vigentes porque no hay regulaciones de las cantinas, principal motor de violencia en la familia y en muchos ámbitos de la vida cotidiana.
No son casos aislados, también sabemos de asesinato de mujeres en Hután y Cajolá, solo por pedir la manutención de sus hijos, como bien sabemos es más que un deber de todas y todos responsabilizarnos por nuestros actos, por nuestra propia familia, por nuestra descendencia, velar por nuestra maternidad y paternidad responsable.
Sin embargo, habremos mujeres que vivimos con las secuelas de la violación de nuestros derechos en el pasado, las condiciones de vida que tuvieron que enfrentar junto a sus hijos, el dolor y la experiencia del conjunto de la violencia a la que sobrevivieron. La violencia cualquiera que sea su manifestación no debe repetirse ni contra las mujeres, ni contra nuestros hijos e hijas.
En materia de participación ciudadana, hemos estado marginadas y excluidas de la toma de decisiones que nos competen. Además, las pocas mujeres que empiezan a participar en las decisiones de orden público y a ocupar espacios de poder a distintos niveles enfrentan una serie de dificultades y limitaciones entre ellas, discriminación de género, étnica, de clase y en el caso de las mujeres jóvenes o mayores, también etárea. En conclusión, las mujeres tienen muy poca participación en los espacios de decisión política, sus demandas específicas no han sido tomadas en cuenta y no son atendidas.
“Por eso, en nuestras casas, en la escuela, en nuestros trabajos, en la calle, niños, niñas, adolescentes, jóvenes, hombres y mujeres adultas debemos promover y defender nuestros derechos.”
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