El 16 de Noviembre, en un acto público realizado en la plaza frente a la Catedral de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México concluyó su recorrido la Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos en la Frontera Guatemala/México - MODH -. Allí convergieron también con la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos.
Reconocemos la valiosa labor realizada por esta Misión. Pop No'j, como parte de la Mesa Transfronteriza de Género y Migración, acompañó la labor de la MODH.
A continuación compartimos el Comunicado de esta misión:
Reunidos por la MTMG, la Misión de observadores/as
internacionales se desdobló en 2 rutas de monitoreo, en las que se
distribuyeron 24 personas defensoras de derechos humanos originarias de países
como Colombia, El Salvador, Ecuador, España, Estados Unidos, México y Canadá y
más de 30 acompañantes pertenecientes a las organizaciones integrantes de la
MTMG tanto del lado mexicano como guatemalteco.
Ambas rutas salieron de la
Ciudad de Guatemala, dirigiéndose una de ellas hacia Quetzaltenango,
Huehuetenango, La Mesilla y ya del lado mexicano a Frontera Comalapa,
Tapachula, Suchiate, Acacoyagua, Mapastepec, Tonalá y Arriaga. La otra ruta se
encaminó hacia Cobán, Sayaxché, Santa Elena y del lado mexicano Tenosique,
Palenque, Salto de Agua y Ocosingo, encontrándose los 2 grupos en San Cristóbal
de las Casas el día de ayer 15 de noviembre.
Recorriendo en vehículos un total de
30 lugares y 2,211 kilómetros de la región transfronteriza. En cada uno de
estos lugares, tuvimos la oportunidad de escuchar problemáticas y formas de
lucha de más de 70 organizaciones y colectivos y aproximadamente a 1,600
personas afectadas por el despojo, la violencia contra personas migrantes y
refugiadas y la violencia de género, entre los que se encontraron pueblos de
las etnias mam, quiché, q’anjobal, kakchiquel, tseltal, tsotsil, tojolabal,
zoque, chol y mestizos. Visitamos igualmente lugares afectados directamente por
estas violencias, pudiendo constatar y documentar situaciones constantes de
injusticia pero también de lucha por la vida y resistencia.
Haciendo un
recuento de todo lo observado, encontramos en la región transfronteriza
patrones comunes de intensificación de un modelo de desarrollo basado en la
acumulación económica a partir del despojo de los bienes naturales de los
pueblos, el incremento de la movilidad humana a partir de la violencia
estructural y generalizada, y de la violencia específica que sufren las
mujeres. La consecuencia de la implementación de proyectos energéticos,
mineros, agroindustriales, turísticos y de infraestructura es la invasión y el
despojo acelerado del territorio. Además, el desplazamiento forzado de las
comunidades locales, provoca también la alteración de los ecosistemas, la
contaminación de los suelos agrícolas y de las fuentes de agua y la
precarización de la vida de las comunidades campesinas y/o indígenas con
consecuentes daños a la salud, condición que se ve agravada al no existir las
condiciones que permitan un debido acceso a la misma.
También observamos un
patrón común en la consolidación de un enfoque de seguridad nacional con el
objetivo de controlar los flujos migratorios, aumentando la presencia militar,
de puestos y retenes de control migratorio, en detrimento de un enfoque de
seguridad humana. Un ejemplo de ello, es la falta de acceso al derecho de asilo
y protección internacional para las personas que se están desplazando desde
Centroamérica a causa de la violencia generalizada, y para quienes no existe
aún un sistema de integración adecuado que permita asegurar condiciones mínimas
de seguridad vital.
Se ha observado un patrón común de criminalización,
persecución y represión a mujeres, migrantes y personas defensoras de DDHH y
del territorio que pueden culminar en la privación de su libertad y hasta en su
asesinato. Inclusive, esta propia Misión Internacional de Observación, durante
ambos recorridos, fue vigilada y hostigada en algunos puntos por parte de
agentes de seguridad e inteligencia en ambos países. Junto a ello, hemos
observado por parte de autoridades públicas y entidades privadas la
profundización de las estrategias de desarticulación y despojo de las
identidades culturales campesinas e indígenas y del tejido comunitario y
social, acentuando la división dentro de las comunidades.
En los recorridos
escuchamos testimonios sobre la profunda crisis de violaciones de derechos
humanos hacia personas migrantes y defensores y defensoras del territorio
expresadas a través de las amenazas, la criminalización, la trata, las
desapariciones, secuestros, robos, asaltos, tratos crueles e inhumanos, tortura
y asesinatos masivos. Las violaciones a los derechos humanos tanto en las
migraciones como en los despojos del territorio tienen su mayor expresión en el
cuerpo de las mujeres ya que además de la violencia mencionada, tienen que
hacer frente a la violencia específica que se ejerce a través de la trata, las
violaciones y abusos sexuales, feminicidios.
En la mayoría de los casos de
violaciones de derechos humanos escuchados por la Misión se identifica una
responsabilidad directa de autoridades públicas, en colusión con el crimen
organizado y de empresas nacionales y transnacionales, las cuales actúan mediante
la cooptación y la corrupción del sistema de justicia, apoyándose con la
presencia de empresas de seguridad privada y grupos de civiles armados. Junto a
esto, registramos algunas condiciones que fortalecen y acrecientan la
violencia. Una de ellas es sin duda es la impunidad, observada y registrada en
los recorridos de la Misión y que se alimenta de la falta de acceso a la
justicia tanto para las mujeres, como para los y las migrantes, los pueblos y 2
defensores y defensoras de derechos humanos. Otra condición más es la
corrupción que atraviesa todos los ámbitos de la cultura política, social,
económica y jurídica de ambos países.
No obstante los obstáculos y riesgos que
azotan a las personas, colectivos, organizaciones defensoras de DDHH, es esperanzador
el incremento de colectivos y población no organizada que está tomando
consciencia de la magnitud de estos fenómenos. Como un tema regional, el reto
de una consciencia colectiva que está apuntando a la sensibilización y a la
organización es particularmente apremiante. Finalmente, la MTMG tras ésta
MODH2016 pone énfasis en las formas y valores éticos, sociales, económicos,
ecológicos y políticos sobre los que se basan estas experiencias, que pasan por
encima de las fronteras de raza, edad, género y que sin duda enriquecen nuestra
experiencia y le dan sentido.
San Cristóbal de las Casas, 16 de noviembre d
2016